BIO

Toni Garau (1974), artista visual y diseñador nacido en Sóller, Mallorca, construye una obra donde el arte, el diseño y la memoria colectiva se entrelazan con sensibilidad y una profunda carga emocional. Su universo creativo, en constante evolución, transita entre distintos medios y técnicas híbridas, dando lugar a un lenguaje poético en el que lo material se transforma en símbolo.

Desde muy joven, Garau sintió una atracción natural por el arte, percibiéndolo como una vía de expresión personal y de exploración interior. Para él, crear es habitar un espacio íntimo donde dar forma a sus preguntas, emociones y vivencias.

Los primeros años de formación de Toni Garau transcurren entre Palma y Barcelona, donde se forma en diseño industrial y, más adelante, en diseño gráfico. Sin embargo, desde el inicio siente la necesidad de cultivar también su faceta más artística. Paralelamente a sus estudios, se adentra en el mundo de la pintura al óleo y la cerámica, explorando con curiosidad y compromiso su lado más expresivo. A principios de los años 2000, inicia su trayectoria artística de manera más decidida, experimentando con óleo, acrílico y polvo de mármol. Estas primeras obras, densas en textura y abiertas a la experimentación formal, marcan el inicio de una búsqueda estética que pronto se vuelve más íntima. La acuarela se convierte en un nuevo medio de expresión, y con ella, Garau se acerca al estudio del cuerpo masculino. En sus formas encuentra un espacio simbólico y honesto desde el que explorar su sexualidad, tratada con sutileza, sensualidad y una mirada profundamente personal.

Simultáneamente, Garau se adentra en el arte digital, un terreno fértil para su mirada inquieta. Inspirado por las sombras proyectadas por las plantas, comienza a crear composiciones abstractas que, tras un tratamiento digital, disuelven el referente natural y lo convierten en nuevos paisajes visuales. Esta etapa revela una sensibilidad por lo efímero, la forma y el vacío.

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Entre 2006 y 2013, Toni Garau centra su atención en el diseño, una faceta que le permite expandir su lenguaje visual más allá del lienzo. Su sensibilidad artística se traslada al ámbito textil, donde desarrolla estampados con fuerte carga estética y personalidad propia, inspirados en los ritmos y formas de la naturaleza. Estos diseños, impresos en seda, material delicado y noble, capturan la sutileza de su trazo y su manejo del color. Su universo visual —orgánico, intuitivo y emocional— no se limita al textil: comienza a proyectarse también en el diseño de muebles, espacios y elementos decorativos, donde su mirada estética encuentra nuevas formas de habitar el entorno.

En 2010, su práctica da un giro decisivo. Como diseñador gráfico, inicia junto a un equipo de historiadores un proyecto editorial que investiga el pasado industrial de Sóller. En la búsqueda de imágenes, documentos y
testimonios, Garau descubre el profundo impacto de la revolución industrial en la vida del pueblo. En especial, le conmueve el rol de las mujeres: muchas de ellas accedieron por primera vez a un trabajo remunerado en las fábricas textiles, logrando cierta independencia económica y socializando entre compañeras durante los largos paseos al trabajo.

Esta revelación conmueve profundamente al artista. Como respuesta, decide rendir homenaje a esa memoria incorporando discretamente el hilo en sus obras. Lo que comienza como un gesto simbólico se convierte en el eje de una nueva etapa creativa. Durante cuatro años investiga silenciosamente cómo sujetar hilos sobre lienzo, experimentando con materiales, tensiones, composiciones. Así nace FIL BLAU (2014), una colección que toma su nombre del primer hilo azul que llegó a sus manos. Un año después, FIL BLAU 2 confirma que “pintar con hilos” ya no es técnica: es lenguaje, identidad, raíz.

En 2016, el Museo Can Prunera lo invita a presentar su obra como homenaje al pasado industrial solleric. Ese mismo año, su trabajo cobra proyección internacional de la mano del representante Sr. Levy, llegando a Bélgica, Dubái, India y Sudáfrica. Algunas piezas pasan a formar parte de la colección privada de la cadena hotelera Jumeirah.

Su técnica se consolida. Hilos tensados sobre superficies, fijados con resinas, pigmentos naturales y polvo de mármol, configuran composiciones que juegan con la luz, la sombra y la textura. En 2017 presenta QUERMÉS en ABA ART LAB, una colección que investiga el simbolismo del hilo rojo y su relación con el tinte textil ancestral extraído del insecto quermés. Es una oda al trabajo artesanal, a la técnica olvidada y a la riqueza histórica de los materiales de la isla.

En 2021, Garau depura su lenguaje visual y se adentra en un minimalismo expresivo. Comienza a trabajar sobre lienzos blancos o negros, donde el hilo, entrelazado en gestos libres, se convierte en el único elemento visual. La geometría, las líneas precisas y un uso contenido pero intencionado del color marcan esta etapa, en la que el artista explora una abstracción limpia y serena que invita a la contemplación. Ese mismo año nace EMBULLS, una serie de instalaciones inmersivas donde ovillos de hilos originales del pasado industrial de Mallorca se expanden por el espacio expositivo, generando sensaciones de caos contenido, memoria y pertenencia. Tejer, en este contexto, es recordar. Es resistir. Es habitar el hilo como territorio simbólico y emocional.

El universo creativo de Garau incluye también colecciones como CONTRASTE ENTRELAZADO, inspirada en el folclore y la indumentaria tradicional mallorquina —con especial atención a las faldas de algodón de las pagesas—, y COLORES DEL MEDITERRÁNEO, donde evoca horizontes marinos, serenos y profundos, como un tributo emocional al paisaje que lo vio crecer. Su obra se presenta como una meditación sobre el espacio, la luz y la forma. Cada hilo está colocado con intención; nada es superfluo. Sus piezas transmiten un sentido de paz y serenidad a quienes se detienen a contemplarlas. A través de ellas, Garau nos invita a reducir el ruido, a enfocarnos en lo esencial y a encontrar la belleza en la simplicidad y la quietud.

Desde 2014 hasta hoy, Toni Garau ha consolidado una técnica singular, madura y en constante búsqueda. Su obra ha sido presentada en espacios como Leonhard’s Gallery (Amberes), Pigment Gallery (Barcelona), Gallery Red (Mallorca) y The K Art Signatures (Bruselas), entre otros.

Garau convierte el espacio expositivo en una experiencia sensorial y simbólica. Su interés por la historia, la identidad local y la poética del textil convierte cada pieza en un puente entre el pasado y el presente. En su obra, el hilo no solo une: también narra, evoca y repara.

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Toni Garau (1974), artista visual y diseñador nacido en Sóller, Mallorca, construye una obra donde el arte, el diseño y la memoria colectiva se entrelazan con sensibilidad y una profunda carga emocional. Su universo creativo, en constante evolución, transita entre distintos medios y técnicas híbridas, dando lugar a un lenguaje poético en el que lo material se transforma en símbolo.

Desde muy joven, Garau sintió una atracción natural por el arte, percibiéndolo como una vía de expresión personal y de exploración interior. Para él, crear es habitar un espacio íntimo donde dar forma a sus preguntas, emociones y vivencias.

Los primeros años de formación de Toni Garau transcurren entre Palma y Barcelona, donde se forma en diseño industrial y, más adelante, en diseño gráfico. Sin embargo, desde el inicio siente la necesidad de cultivar también su faceta más artística. Paralelamente a sus estudios, se adentra en el mundo de la pintura al óleo y la cerámica, explorando con curiosidad y compromiso su lado más expresivo. A principios de los años 2000, inicia su trayectoria artística de manera más decidida, experimentando con óleo, acrílico y polvo de mármol. Estas primeras obras, densas en textura y abiertas a la experimentación formal, marcan el inicio de una búsqueda estética que pronto se vuelve más íntima. La acuarela se convierte en un nuevo medio de expresión, y con ella, Garau se acerca al estudio del cuerpo masculino. En sus formas encuentra un espacio simbólico y honesto desde el que explorar su sexualidad, tratada con sutileza, sensualidad y una mirada profundamente personal.

Simultáneamente, Garau se adentra en el arte digital, un terreno fértil para su mirada inquieta. Inspirado por las sombras proyectadas por las plantas, comienza a crear composiciones abstractas que, tras un tratamiento digital, disuelven el referente natural y lo convierten en nuevos paisajes visuales. Esta etapa revela una sensibilidad por lo efímero, la forma y el vacío.

Entre 2006 y 2013, Toni Garau centra su atención en el diseño, una faceta que le permite expandir su lenguaje visual más allá del lienzo. Su sensibilidad artística se traslada al ámbito textil, donde desarrolla estampados con fuerte carga estética y personalidad propia, inspirados en los ritmos y formas de la naturaleza. Estos diseños, impresos en seda, material delicado y noble, capturan la sutileza de su trazo y su manejo del color. Su universo visual —orgánico, intuitivo y emocional— no se limita al textil: comienza a proyectarse también en el diseño de muebles, espacios y elementos decorativos, donde su mirada estética encuentra nuevas formas de habitar el entorno.

En 2010, su práctica da un giro decisivo. Como diseñador gráfico, inicia junto a un equipo de historiadores un proyecto editorial que investiga el pasado industrial de Sóller. En la búsqueda de imágenes, documentos y
testimonios, Garau descubre el profundo impacto de la revolución industrial en la vida del pueblo. En especial, le conmueve el rol de las mujeres: muchas de ellas accedieron por primera vez a un trabajo remunerado en las fábricas textiles, logrando cierta independencia económica y socializando entre compañeras durante los largos paseos al trabajo.

Esta revelación conmueve profundamente al artista. Como respuesta, decide rendir homenaje a esa memoria incorporando discretamente el hilo en sus obras. Lo que comienza como un gesto simbólico se convierte en el eje de una nueva etapa creativa. Durante cuatro años investiga silenciosamente cómo sujetar hilos sobre lienzo, experimentando con materiales, tensiones, composiciones. Así nace FIL BLAU (2014), una colección que toma su nombre del primer hilo azul que llegó a sus manos. Un año después, FIL BLAU 2 confirma que “pintar con hilos” ya no es técnica: es lenguaje, identidad, raíz.

En 2016, el Museo Can Prunera lo invita a presentar su obra como homenaje al pasado industrial solleric. Ese mismo año, su trabajo cobra proyección internacional de la mano del representante Sr. Levy, llegando a Bélgica, Dubái, India y Sudáfrica. Algunas piezas pasan a formar parte de la colección privada de la cadena hotelera Jumeirah.

Su técnica se consolida. Hilos tensados sobre superficies, fijados con resinas, pigmentos naturales y polvo de mármol, configuran composiciones que juegan con la luz, la sombra y la textura. En 2017 presenta QUERMÉS en ABA ART LAB, una colección que investiga el simbolismo del hilo rojo y su relación con el tinte textil ancestral extraído del insecto quermés. Es una oda al trabajo artesanal, a la técnica olvidada y a la riqueza histórica de los materiales de la isla.

En 2021, Garau depura su lenguaje visual y se adentra en un minimalismo expresivo. Comienza a trabajar sobre lienzos blancos o negros, donde el hilo, entrelazado en gestos libres, se convierte en el único elemento visual. La geometría, las líneas precisas y un uso contenido pero intencionado del color marcan esta etapa, en la que el artista explora una abstracción limpia y serena que invita a la contemplación. Ese mismo año nace EMBULLS, una serie de instalaciones inmersivas donde ovillos de hilos originales del pasado industrial de Mallorca se expanden por el espacio expositivo, generando sensaciones de caos contenido, memoria y pertenencia. Tejer, en este contexto, es recordar. Es resistir. Es habitar el hilo como territorio simbólico y emocional.

El universo creativo de Garau incluye también colecciones como CONTRASTE ENTRELAZADO, inspirada en el folclore y la indumentaria tradicional mallorquina —con especial atención a las faldas de algodón de las pagesas—, y COLORES DEL MEDITERRÁNEO, donde evoca horizontes marinos, serenos y profundos, como un tributo emocional al paisaje que lo vio crecer. Su obra se presenta como una meditación sobre el espacio, la luz y la forma. Cada hilo está colocado con intención; nada es superfluo. Sus piezas transmiten un sentido de paz y serenidad a quienes se detienen a contemplarlas. A través de ellas, Garau nos invita a reducir el ruido, a enfocarnos en lo esencial y a encontrar la belleza en la simplicidad y la quietud.

Desde 2014 hasta hoy, Toni Garau ha consolidado una técnica singular, madura y en constante búsqueda. Su obra ha sido presentada en espacios como Leonhard’s Gallery (Amberes), Pigment Gallery (Barcelona), Gallery Red (Mallorca) y The K Art Signatures (Bruselas), entre otros.

Garau convierte el espacio expositivo en una experiencia sensorial y simbólica. Su interés por la historia, la identidad local y la poética del textil convierte cada pieza en un puente entre el pasado y el presente. En su obra, el hilo no solo une: también narra, evoca y repara.